El osito

Cuando llegué a casa recibí sonrisas,abrazos,besos.Me cogió una criaturita tan tierna y viva que era feliz.Era un bebé de un añito y medio. Me llevaba a todas partes con él ,necesitaba de mi para sentirse seguro.Todas las noches dormíamos abrazados.



Pero día a día sentía que el niño ganaba en fuerza y casi me hacía daño y todo. Un día me arrancó un ojo y me lo pegaron como pudieron, me arrancó partes de mi tela y me llenaron a parches.



Aún así parecia necesitar de mi, pero sólo en la intimidad de la noche, parecía que se avergonzara de mi, no me mostraba en público ,pasaba de la estanteria a la cama y de la cama a la estantería.



Después empezó a dejarme ahí en la estantería de continuo, llenándome de polvo, solo me pasaban el plumero una vez a la semana.



Me sentía sucio, solo ,triste,¿qué había hecho mal para que me trataran asi?



Un día le dijeron "Raul hay que empezar a hacer limpieza, tira todo lo que no quieras".Empezó a tirar juguetes viejos de cuando era niño,pensé que me salvaría por todo lo que habíamos pasado juntos.. ,pero no, me metió en la caja de "trastos para tirar". No me lo podía creer habíamos compartido tantas risas, alegrías, penas.. no me lo merecía, por lo visto el egoismo había inundado a ese ser tan dulce que me recibió con los brazos abiertos y para el que yo ahora sólo era un trasto más a tirar... El egoísmo pudo con la ternura de la niñez , una pena...